Salamanca en El Cuarto de Atrás de Carmen Martín Gaite

El 11 de mayo, Ester Bueno me invitó a participar en un precioso especial de su programa Letras al Aire en Radio Usal. Gracias a Ester he tenido la oportunidad de compartir una interesante mesa sobre el papel de Salamanca en obras importantísimas de nuestra literatura. A mí me tocó hablar de mi adorada Carmen Martín Gaite y El cuarto de atrás.

Ha sido un honor poder hablar de La Gaite y compartir la mesa con los escritores: Luís García Jambrina, Fernando Díaz San Miguel y con mi profesor, Enrique Cabero, en mis felices tiempos de estudiante de Derecho.

Tengo que agradecer a Ester y a mis tres compañeros de mesa el cariño con el que han amparado a esta novata, que nunca antes se había visto delante de un micrófono en otra parecida a ésta. Mil gracias. Y gracias siempre a la Gaite.

Quiero agradecer a mi hermana Ana —que siempre me sigue tanto la corriente— la paciencia de aguantar mis muchos nervios de ese día, la grabación del vídeo y el montón de fotos que me sacó, y también doy aquí las gracias a Manuel Ribera por su laboriosa grabación del audio que hizo ese día y el precioso vídeo que ha montado como por arte de magia, su magia.

He pasado a limpio las notas de lo que —entre mis nervios— pude contar ese día por la radio. El resultado es el texto que veis a continuación.

Salamanca en El Cuarto de Atrás de Carmen Martín Gaite

El cuarto de atrás es una autobiografía novelada. Se desarrolla entre la Historia y la Literatura y muestra al lector dos Salamancas. La Salamanca histórica y la Salamanca literaria.

Carmen Martín Gaite hace un retrato de Salamanca en los tiempos de la guerra civil y la posguerra. Años en los que la Historia de España pasa por Salamanca. La escritora, que vio de cerca al dictador y los acontecimientos que agitaron a la pequeña Salamanca, cuenta que el general Franco vive en el Palacio del Obispo, habla de los refugios antibombardeo. De la bomba que cayó en una churrería, en la actual calle Concejo, los fusilamientos, Unamuno, las cartillas de racionamientos, el estraperlo.

Pero Martín Gaite entra a analizar también la historia en minúsculas. Nos cuenta cómo era la vida de aquellos salmantinos. Hace un retrato de la Salamanca provinciana que encajaría exactamente igual de bien en cualquier otra ciudad de provincias. Ciudades pequeñas, donde todos se conocían, y se cernía sobre todos el qué dirán, especialmente sobre las mujeres. Ciudades con sus paseos por la plaza mayor, sus bailes en el casino.

De esta Salamanca provinciana y chismosa Martín Gaite escapó en 1948 al terminar sus estudios universitarios. La criticona Salamanca no tuvo capacidad de entender a Carmiña, que fue una joven muy libre para aquella época y aquellos provincianos.

Este retrato poco favorecedor de Salamanca no es la única imagen que ofrece la escritora de la ciudad. En El cuarto de atrás hay otra Salamanca. La Salamanca literaria

Esta Salamanca literaria es la Salamanca del Río Tormes donde la escritora iba a pasear en barca con sus amigos. En estas incursiones al río, Carmiña desafiaba a la ciudad provinciana. No estaba bien visto que una joven fuera por ahí con chicos ni que se dejara ver de la mano de algún amigo que no era su novio. En el río Tormes la escritora aprendió a vencer miedos y a ser más libre. Esa connotación de libertad es la que tiene el río por ejemplo en Entre Visillos.

Esta salamanca literaria es también la salamanca de la Plazuela de los Bandos  donde Martín Gaite jugaba y donde estaba el domicilio familiar de Carmiña. Su casa de la infancia estaba en el número 3 de esta plazuela. Un edificio antiguo hoy desaparecido. En esta vivienda existió el cuarto de atrás que da título a esta novela. Era el cuarto de jugar de las hermanas Martín Gaite, donde según cuenta la escritora reinaba el desorden y la libertad. Las niñas podían jugar libremente, saltar en un sofá, desordenar, manchar…

Este reino del desorden, el juego y la libertad fue desapareciendo progresivamente pasto de la guerra, porque los padres de Martín Gaite se vieron obligados a convertirlo en despensa, para acumular allí los alimentos necesarios para hacer frente a aquellos tiempos de escasez. Al final desapareció del todo reducido a escombros porque se derribó el edificio. Pero en El Cuarto de Atrás afirma la escritora:

el cuarto de atrás sigue existiendo y se ha salvado de la muerte, aunque hayan tirado la casa de la Plaza de los Bandos, el año pasado un amigo me mando un recorte de El Adelanto donde lo decía.

La escritora explica por qué el cuarto de atrás sigue existiendo:

Me lo imagino también como un desván del cerebro, una expecie de recinto secreto lleno de trastos borrosos, separado de las antesalas más limpias y ordenadas de la mente por una cortina que sólo se descorre de vez en cuando; los recuerdos que pueden darnos alguna sorpresa viven agazapados en el cuarto de atrás, siempre salen de allí, y sólo cuando quieren, no sirve hostigarlos.

Desde ese desván de la mente, desde aquel cuarto de atrás que una vez existió en Salamanca, es desde donde Martín Gaite crea toda su obra. Desde ese espacio donde se acumulan los recuerdos y reinan el desorden, el juego y la libertad.

La Salamanca literaria de Carmen Martín Gaite es la salamanca de la infancia y de la juventud de la escritora, una salamanca donde ni el qué dirán ni el mismísimo Franco mandan nada, porque en esa Salamanca reina el desorden, el juego, reina la libertad.

Carmen Martín Gaite se marchó de la Salamanca provinciana pero amó su Salamanca, la Salamanca literaria. Y la habitó toda su vida a través de los muchos textos donde la recrea.

El programa íntegro del especial de Letras al Aire lo tenéis aquí https://radio.usal.es/salamanca-literaria/.

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